jueves, 17 de noviembre de 2016

EL ALIVIO



Esta semana hemos trabajado el alivio dentro de nuestro Proyecto Emocionario. La semana pasada, vimos cómo hablando de lo que nos genera tensión, podemos experimentar un gran alivio. Aunque hay muchas otras situaciones en las que sentiremos alivio.

Como siempre, para empezar, les muestro la imagen.



Me gusta ver cómo los niños empiezan a cuchichear en cuanto cuelgo la ilustración en el mural. Se hablan entre ellos diciendo "yo creo que es esto" o "pues yo creo que lo otro", y el más optimista "¡ah! ya sé lo que es", aunque no sea así, pero ya ha formulado una hipótesis que le cuadra.

Pero ahí dejo yo la ilustración, sin hacer más mención a ella, hasta que pasan dos días. Luego retomamos y les pregunto: "¿Qué está ocurriendo en la imagen?" "¿De qué emoción se puede tratar?".

Algunos niños apostaron por la vergüenza, el miedo, Rebeca me dijo que era un "descanso" que el sapo hubiera salido volando para que no se lo comiera el cocodrilo. Pues ahí está Rebeca, - le dije - Y no sentiría el sapo ALIVIO?. ¡Claro!, dijeron todos, ¡es el alivio!.

Nos cuenta el emocionario que experimentamos alivio cuando nos libramos de un pesocuando dejamos de percibir una amenaza (¿hay algo más amenazante que estar a punto de ser devorado?) o cuando nos disculpamos. Y nos pone tres ejemplos en los que podemos sentir alivio: al terminar un examen, al ver que un peligro se aleja o al reconocer un error. Por tanto, el alivio significa que una sensación o situación desagradable ha terminado. De hecho, si buscamos en el diccionario la palabra alivio, también incluye la mitigación o disminución de una enfermedad. Y es que cuando uno tiene dolor ¡es muy aliviante empezar a sentirte mejor!.

El alivio suele venir acompañado de relajación (bastante lógico teniendo en cuenta que viene precedido de una situación que nos produce tensión) y aliviadas las dificultades, reaparece la paz, nos sentimos tranquilos. Es el camino hacia la serenidad.

Creo que los niños han entendido muy bien el alivio relacionado con librarnos de una situación que nos resulta amenazante (visto los ejemplos que han puesto, lo cual es lógico por su edad), pero no debemos olvidar que puede ser un alivio enorme pedir disculpas o reconocer un error, ya que los remordimientos y el sentimiento de culpa pueden ser una carga muy pesada.

¿Y qué situaciones de alivio han sentido estos niños?

Ángel N: siente alivio cuando termina las actividades de la tarde y puede jugar en casa tranquilo.
Ainara: sintió alivio cuando su hermana estuvo en el hospital y le dijeron que estaba bien.
Rebeca: Sintió alivio cuando su prima Alba nació.
Marta cuando terminó la ofrenda de la Virgen, porque era la primera vez que desfilaba y no sabía si lo iba a hacer bien.
Joel sintió alivio cuando terminó una exhibición en la que tenía que dar la voltereta doble.
Adriana siente alivio cuando hace las paces con Ainara.
Ángel O, sintió alivio cuando vió a su primo que se iba a caer de un muro pero al final no se cayó.
Nerea siente alivio al ver que ha aprobado un examen que pensaba que le había salido mal.
Lola siente alivio cuando en las fiestas de la Virgen se va a su casa cuando le dan miedo los tiros.
Nuria siente alivio cuando termina una exhibición de baile.
Blanca sintió alivio cuando iba a conocer a sus dos hermanos, ella pensaba que les iba a caer mal por ser más pequeña y vió que eran muy simpáticos.
Dina siente alivio cuando hace las paces con Adriana.
Michelle sintió alivio cuando ayer su hermano rompió el cristal de la puerta, ella se asustó al oir el ruido pero sintió alivio al ver que a nadie le había pasado nada.
Carla sintió alivio cuando dejó de cuidar a sus primos porque tenía ganas que la dejaran en paz.
Brayan siente alivio cuando su madre le pregunta la lección y él se la sabe.
Pedro siente alivio cuando termina un examen.
Sara cuando sus hermanos dejan que juegue con ellos porque a veces no le dejan.
Laura sintió alivio al ver que a su hermana no le había pasado nada porque se cayó por las escaleras.
Darío siente alivio cuando sale del bar en el que hablan sus padres porque ahí está aburrido.
Vera siente alivio cuando aprueba los exámenes.
Rubén M. B, siente alivio cuando le levanto el castigo del patio.
Hugo siente alivio cuando se tuerce el pie y piensa que no podrá jugar el partido, pero al final si puede.

Parece que esta emoción la identifican perfectamente, y es que ¿quien no ha sentido alguna vez alivio?.
Se me ocurrió trabajar con ellos un cuento al que le tengo mucho cariño porque a mis hijos les encanta. "El Grúfalo" Es un cuento muy poético donde nuestro protagonista, el ratoncito, siente alivio en multiples ocasiones (casi es comido por un zorro, un buho, una serpiente.... y por ¡¡un Grúfalo!!), y gracias a su astucia e ingenio logra escaparse de todos sus peligros. 
     En este cuento queda muy bien identificada la emoción del alivio, por lo que lo utilicé en Lectura comprensiva. Leímos el libro y lo trabajamos. Aquí os dejo el vídeo por si lo queréis ver en casa.




Después hicimos una máscara y un dibujo para Artística de El Grúfalo, así que exprimimos la emoción al máximo, jajaja.












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