jueves, 20 de octubre de 2016

LA IRA



¡Hola de nuevo!

Una semana más, trabajamos el emocionario en clase. 


Como ya dijimos la semana pasada si el odio nos mueve a la acción, sucumbimos a la ira y hoy hemos trabajado la IRA.


En primer lugar, analizamos la imagen que el libro "Emocionario" nos muestra para ilustrar la ira.





Comenzamos a hablar sobre la imagen:


- ¿Qué veis en ella?


- ¿Que colores aparecen?


- ¿Qué significan esos colores, qué os transmiten?


- ¿Qué expresión tiene el pájaro? ¿Por qué creéis que se siente así?


Ellos, que ya han cogido la dinámica del proyecto, enseguida ven más allá de un pájaro enfadado, y empiezan a interpretar la imagen a su forma:


- "El color rojo me transmite pasión, rabia, enfado (porque cuando nos enfadamos nos ponemos rojos)"

- "A mí me transmite miedo",

- "Yo creo que el pájaro está así porque se le están cayendo las plumas"...


- "Está muy enfadado porque le han encerrado en una jaula"


Como pueden ver en la imagen les expliqué que el pájaro tenía intención de dar un buen picotazo, con esa cara de enfado y con el pico abierto.


¿Qué pone que es la ira en nuestro Emocionario?



También conocida como “rabia”, “cólera” o “furia”. Lo de la “rabia” y “ponerse furioso” lo entendían más fácilmente que la “ira”.

Aprendimos que la ira es velocísima, que te domina y se va casi sin que te des cuenta. Y que suele apoderarse de nosotros en situaciones que consideramos muy injustas o que atentan contra nuestro bienestar.

Y entonces, el emocionario nos plantea una importantísima pregunta: “¿La ira es útil?”. Pues en una sociedad civilizada, no; porque es una emoción que no te deja pensar. Te hace reaccionar como un animal que es atacado por otro. Y puesto que no vivimos entre bestias salvajes, nuestras malas reacciones nos suelen meter en problemas, En consecuencia, es mejor evitar que la Ira tome el control mientras estemos a tiempo. 

Aquí dejo un vídeo con los colores de la ira.




Reflexionamos muchísimo con esta frase "Es una emoción que no nos deja pensar", y la repetimos muchas veces. Y llegamos a la conclusión de que cualquier cosa que no nos dejara pensar, no debía ser muy adecuada. 

Nuestras malas reacciones nos suelen meter en problemas. Esta fue otra de las frases en las que hicimos hincapie. Por tanto, tenemos que evitar que la ira tome el control mientras estemos a tiempo, por ejemplo, al sentir un poquito de irritación debemos hacer algo para calmarnos, por ejemplo: irnos a otra habitación y hacer respiraciones profundas (las hemos ensayado en clase, cogiendo aire de la nariz y expulsándolo por la boca).

Para la semana que viene nos hemos propuesto hacer un frasco de la calma, para que en momentos en los que veamos que nos vamos a dejar llevar por la ira cojamos nuestros frascos para calmarnos.





Para mostrarles como reaccionamos cuando sentimos ira y aprender a calmarnos, hacemos un experimento. Llenamos un bote con agua y purpurina y lo cerramos muy bien. Agitamos el bote y la purpurina se dispersa y se mueve muy rápidamente, como nuestro cuerpo cuando sentimos ira, se siente agitado. Pero, si esperamos un poco, la purpurina se va depositando lentamente en el fondo de nuestro bote. Así aprendemos a relajarnos cuando sentimos furia y seremos capaces de pararnos a pensar antes de actuar. Ahora, cada vez que sientan esta emoción, podrán agitar el bote y respirar para relajarse mientras ven la purpurina parar de girar frenéticamente.



Esta emoción ha dado mucho de sí, y creo que ha sido una sesión muy interesante y útil, ya que pienso que puede mejorar su manera de resolver los conflictos, si realmente tienen presente todo lo que hemos hablado esta semana.

¡ La semana que viene más!








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